(sic) 02/12
Tras la presentación del primer número en la Escuela de Arte y Superior de Diseño-EASD, el pasado miércoles 2 de diciembre, (sic) 02/12 continúa dando voz y dejando espacio a las opiniones diversas y los puntos de vista dispares sobre Velluters. El profesor Nicolás S. Durá realiza un trabajo de campo sobre la actualidad de la zona más degradada del barrio y, utilizando como referencia la vida y obra del etnólogo Michel Leiris, traza su personal tesis sobre los cambios del pasado y las deudas pendientes del todavÃa existente Barrio Chino. Salvador Barber relata su infancia y, en especial sus experiencias posteriores, en el barrio que le dio la oportunidad de imaginar todo un universo de referencias y vivencias personales, un microcosmos expandido. Johanna Moreno, por su parte, emplea a Velluters como caso de estudio de una problemática más amplia, que no atiende tanto a especificaciones geográficas como sà a su idiosincrasia en cuanto barrio histórico: la dificultad del encuentro en zonas degradadas donde ha desaparecido o está muy debilitado el entramado social. Francisco Tarazona, desde su experiencia como geriatra, expone el cambio de paradigma que supone para personas de la tercera edad los cambios sociales y la transformación de su entorno más próximo, incluyendo las fiestas y tradiciones populares.
La intervención gráfica está realizada por el artista Xisco Mensua, quien ha seleccionado una serie de citas de grandes pensadores y escritores agrupadas bajo el tÃtulo genérico No Comfort (Sin consuelo) y que adquieren una lectura especÃfica en este nuevo contexto. A partir de cuatro fotografÃas de Carlos P. Moreno que muestran la calle Santa Teresa y el Palacio de los Condes de Parcent, derribado entre 1966, (sic) ha vuelto a fotografiar con la misma cámara y desde los mismos puntos, el mismo lugar, hoy convertido en el jardÃn y la plaza de Joan de Vilarrasa; un intento de mostrar las similitudes y los cambios de este espacio cuarenta y cuatro años después. Se completa este segundo número con la entrevista al economista y polÃtico Ricard Pérez Casado, alcalde de Valencia entre 1979-1988, a cargo de Xavier Aliaga.
DESOLATION ROAD. Nicolás Sánchez Durá
Museos y burdeles
No es fácil imaginar un museo -sea este museo- como un burdel. Sin embargo, Michel Leiris afirmó que “en un y otro lugar se está en cierto modo bajo el signo de la arqueologÃa, y si durante mucho tiempo me gustó el burdel, es porque participa de la Antigüedad debido a su aspecto de mercado de esclavos, de prostitución ritual.†Leiris se hizo etnógrafo en una larga expedición de veintitantos meses a través de Ãfrica al principio de los años treinta. Una expedición, por cierto, que contribuyó al nacimiento de un museo muerto apenas hace cuatro años, el Museo del Hombre de ParÃs. El MuVIM le dedicó una exposición el curso pasado, “La Misión etnográfica Dakar-Djibouti, etc….â€. Sólo el puritanismo de sus comisarios, disfrazado de rigor cientÃfico con algunas gotas de oportunismo, puede explicar el escandaloso escamoteo de las motivaciones de Leiris. Pues tras su regreso, confesó que a lo largo del viaje habÃa sufrido una «obsesión erótica creciente», y en su escrito autobiográfico la Edad de Hombre, precisamente donde establece la analogÃa entre lupanares y museos, describe cómo la sugerencia de su médico de que hiciera un largo viaje -con el fin de librarse de sus obsesiones sado-masoquistas- contribuyó a que embarcara para Ãfrica. Con resultados irregulares, al parecer; pues también cuenta cómo en Gondar (EtiopÃa) se enamoró, después de un largo periodo de castidad, de una mujer etÃope de clÃtoris amputado, tatuada, tres veces viuda, hija de una bruja, sifilÃtica, posesa por varios espÃritus a los que hacÃa responsables de su enfermedad. Con ocasión de un sacrificio, parte de un rito de posesión, le pareció que entre los dos “se establecÃa una relación más Ãntima que cualquier tipo de relación carnal». En cuanto a sus amorÃos con prostitutas somalÃes en Djibouti, Leiris escribió que de esos “amores o irrisorios o desgraciados†conservaba “una impresión paradisÃaca».
INCURRIR EN LO IMPOSIBLE, EL ENCUENTRO. Johanna Moreno Caplliure
Desde hace algún tiempo podemos medir las relaciones que se nos dan -ya sean sociales, económicas, polÃticas…- bajo la sintomatologÃa de un “estado de excepciónâ€. Vivimos fuera de la regularidad que la tradición y la historia nos imponÃa. No obstante la cuestión de la excepcionalidad nos sitúa en un orden mundial que opera a gran escala y se instala en la vida cotidiana de todos. De aquà que la práctica más habitual en nuestro entorno sea la de alzar barreras profilácticas contra todo aquello que suponemos agente patógeno para la conservación de nuestras vidas.
Asà pues, observo que el orden opera bajo la inmunidad y vulnerabilidad de ciertos barrios. La inmunidad parece un gesto de protección pero en realidad no es más que la exclusión del resto. Es decir, de la vida en comunidad. Pienso en como se presenta un barrio que es enfermado, bajo el supuesto de inmunidad, hasta la expulsión de la red de convivencia por miedo al “contagioâ€. El barrio puede ser Velluters, pero también -en otros momentos o al mismo tiempo- lo es el Cabañal, la Malvarrosa, o Ruzafa por ofrecer algún nombre. Estos barrios se presentan sujetos a un estigma: el contagio al otro. Pero igualmente, en el interior del barrio los vecinos adoptan prevenciones ante el riesgo de salir afuera, de vivir en comunidad. AsÃ, la ley imperante es el miedo y el malestar instilado en nuestra experiencia.
ANCIANIDAD Y UBICACIÓN. Francisco Tarazona
El barrio de Velluters nace extramuros y no se incorpora a la ciudad hasta que, con la nueva muralla del siglo XIV, se integra en lo que conocemos actualmente como ciutat vella. A lo largo del siglo XV se instalarán en esta ubicación los artesanos textiles de la seda; los cuales le darán nombre y cuyo edificio insignia, el Colegio Mayor de la Seda, languidece ante la indiferencia colectiva. Su apogeo se mantendrá hasta 1864. Desde esa fecha, la mecanización francesa de los telares provoca un descenso considerable de la actividad. Parte de estos desempleados serán recolocados desde el 20 de febrero de 1865 en el derribo de las viejas murallas. El golpe definitivo a la industria sedera lo proporcionará la invención de la seda artificial por el conde Hilaire de Chardonnet, en 1884; episodio excelsamente narrado por Vicente Blasco Ibáñez en Arroz y tartana. Este mismo ocaso intramurs es el que vive la población anciana en las grandes urbes.
VELLUTERS, EL MUNDO A MI ALCANCE. Salvador Barber
Velluters fue el barrio de mi niñez y adolescencia. Una galaxia inserta en el cosmos nebuloso que era Valencia, al que realizábamos salidas, como mucho semanales, para visitar parientes y adquirir la percepción de que habÃa vida, –un cocodrilo en una tienda y espejos deformantes, casi un parque de atracciones–, en el que parecÃa remoto resto de la ciudad.
Nuestra galaxia –escuchábamos en la radio las aventuras de Diego Valor, el piloto del futuro– estaba delimitada por Guillén de Castro, a la que algunos mayores seguÃan llamando “la carreteraâ€, y la avenida del Oeste. Entre aquellas dos arterias, tierras fronterizas y como tal peligrosas, trascurrieron mis primeros años.
Guillem de Castro era una frontera brava, donde el tranvÃa cinco, “el pájaro azulâ€, descuartizaba de tanto en tanto ancianas y suicidas que “La Pepaâ€, el carro del Anatómico Forense, retiraba en un instante, ya que el Depósito de cadáveres estaba allà mismo como bisagra con la otra frontera: la calle del Hospital.
44 AÑOS NO ES NADA
Las parejas de imágenes que conforman esta página representan el mismo lugar cuarenta y cuatro años después. Las situadas en la parte superior de cada bloque están realizadas por el fotógrafo Carlos P. Moreno en 1965, justo antes del derribo del palacio de los condes de Parcent, que se ubicaba en la calle Santa Teresa. Las colocadas bajo éstas están realizadas en 2009. En el lugar que ocupó el palacio se construyó un aparcamiento subterráneo (denominado parking de Parcent) y el jardÃn del mismo nombre que puede visitarse en la actualidad. Un edificio de oficinas cuya fachada principal recae en la plaza Ciudad de Brujas completó la “reordenación†del solar. La puerta enrejada que da acceso al jardÃn, rotulada con el nombre, no correspondÃa a la fachada principal del edificio, sino a una entrada al mismo por la calle lateral San Juan de Vilarrasa, que es el nombre actual de la plaza que acoge el jardÃn.
Las fotografÃas actuales están tomadas con la propia cámara de medio formato del fotógrafo Carlos P. Moreno, una Rolleiflex T fabricada en 1959 y se ha empleado una pelÃcula Kodax Tri X, muy similar a la utilizada entonces. Este ejercicio de memoria y constatación de un cambio y una desaparición quiere plantearse como un eco de un mismo lugar sobre el espacio urbano transformado. Es interesante comprobar los edificios que han pervivido y aquellos que no, como el palacio, y preguntarse por los avatares que deciden su permanencia o su derrumbe. Del mismo modo a como la construcción del palacio de Parcent, en el siglo XVIII, tuvo que significar una modificación importante en la trama urbana de entonces, las transformaciones urbanas no cesan y la fotografÃa se erige en el medio útil para registrar una realidad parcial actualizada y, en cierta forma, para constatar un hecho.
ENTREVISTA A RICARD PÉREZ CASADO. Xavier Aliaga
Com a economista, però sobretot com a polÃtic i alcalde de València en el perÃode entre 1979 i 1988, Ricard Pérez Casado (València, 1945) ha estat un dels actors de les transformacions d’una ciutat, la seua, que té encara el centre històric i el barri de Velluters com un repte no resolt d’imbricació i relació amb l’entorn. Amb ell parlem dels seus records i vivències però, bà sicament, de la seua experiència de gestió i recuperació de la trama urbana històrica. Una tasca en la que va trobar a faltar majors recursos i una implicació més activa dels veïns i del sector privat.
Les percepcions primerenques de Pérez Casado, des l’atalaia infantil del barri d’Arrancapins, són les d’una urbs “enormeâ€, inabastable, i de la flaire a bullit de col emanada de les finestres de les cases humils. Però també rescata de la seua memòria sentimental i olfactiva, a mode de translació impossible al carrers de València del Jean Baptiste d’El Perfum, el torbador personatge de la novel·la de Patrick Süskind, les olors a fruites i verdures de rebuig, acumulades i podrides en els voltants del Mercat d’Abastos. Amb pocs anys, la famÃlia es trasllada a Nà quera, una menuda població la dimensió de la qual reforça la percepció de València com un ens “remot i molt granâ€. Als quinze anys, tornada a la ciutat, al Barri de la Llum, “també remot i aïllat, un indret de fang en hivern i pols en estiuâ€, rememora. Una adolescència, en un barri perifèric, on les excursions al centre de la ciutat eren tota una aventura i les entranyes de València, a Velluters, es coneixien com El Barrio Chino, un entorn d’evocacions i connotacions obscures. Però també recupera el vessant més amable del monument de la falla del Pilar, motiu de religiosa visita anual.
INTERVENCIÓN 02/12. Xisco Mensua. NO COMFORT
La colaboración gráfica de Xisco Mensua para (sic) 02/12 se compone de una selección de citas de diversos autores. Desde Heráclito a Franz Kafka, de Frederich Nietzsche a Guy Debord, Shakespeare, Pierre Klosowski o Samuel Beckett, estos pequeños extractos abundan en la idea derivada del tÃtulo de la intervención No Comfort (Sin consuelo). Se establece una relación directa entre cada cita y el conjunto de Velluters, un barrio que, como se analiza en los diferentes números de (sic), sigue sufriendo el estigma de las mafias de la prostitución y la marginalidad pese al empeño vecinal en erradicarlas. Por otro lado, las polÃticas sociales, la cultura y su gestión y el arte contemporáneo en particular, son cuestionados de una manera más o menos velada. El artista Xisco Mensua actúa como editor selectivo de textos para analizar y definir un sentimiento común, ubicando en un nuevo contexto las frases de esos grandes escritores para otorgarles ahora un sentido especÃfico. Según el artista, su labor ha sido más bien la del becario al que le encargan buscar frases célebres que acompañen los textos de opinión y las diferentes secciones de la publicación. La intervención se compone del tÃtulo, ubicado en la página 9 de (sic) y siete citas escritas en rojo y enmarcadas que ocupan cada una de las sucesivas páginas de este número.
Xisco Mensua (Barcelona, 1960)
Su recorrido artÃstico es denso y su coherencia productiva, prospectiva e inalterable, tal vez sea su principal caracterÃstica y su mayor valor. Sus planteamientos estéticos emplean el dibujo, la pintura o los collages de fotografÃas o fotocopias mezclados con dibujos, junto con el inseparable apoyo de las citas, en ocasiones escritas sobre los papeles y muchas otras pintadas sobre los lienzos. El texto deviene imagen en su obra y las imágenes pueden verse como versiones de un mismo texto que aparecen de formas distintas para representar las variadas y moldeables obsesiones de la representación. En el trabajo de Xisco Mensua, nada está exento de la ironÃa, el doble sentido o el juego de relaciones cruzadas entre imágenes derivadas de la publicidad o la cultura popular y los textos de grandes maestros de las letras o las obras de arte enciclopédicas. Entre las numerosas series realizadas por el autor, cabe destacar EpÃlogo, el conjunto de 32 dibujos de Informe para una Academia, seleccionada en Manifesta 7, o Asà éramos. Expone individualmente desde 1990.