(sic) 03/12
Coincide (sic) 03/12 con la inauguración de la exposición (sic) societat i cultura en el MUVIM-Museu Valencià de la Il·lustració i de la Modernitat. Inserta en el hall del museo, comparte espacio con la muestra Ciutat Vella, participación ciudadana, una aproximación al modo de vida, la memoria y el espacio de convivencia del centro histórico de la ciudad de Valencia. En el espacio fÃsico otorgado a este proyecto, interpretado como una suerte de stand expositivo, se encuentra el mobiliario realizado por el artista Xavier Arenós. Se compone de dos bancos-mesas de lectura, una estanterÃa apta para almacenar y exponer cada uno de los doce números y tres sillones. Todas las piezas están realizadas con madera natural y contrastan con el blanco de las tres paredes que lo acogen. A su vez una de estas paredes, la de mayor longitud, se plantea como un tablón de anuncios sobre el que verter información que el proyecto y el propio Velluters generen desde el 17 de diciembre al 14 de febrero.
Los contenidos de este número comienzan con un texto de Román de la Calle, director del MUVIM, acerca de los proyectos de arte sociológico surgidos principalmente en ParÃs en la década de los años sesenta. Para el académico de la Calle, (sic) recoge el testigo lanzado entonces por estas prácticas y las actualiza en su contexto particular. El periodista Mikel Labastida recorre Velluters con la mirada cruda de quien observa cómo el barrio sigue esperando un cambio radical que se aplaza. José Albelda analiza las transformaciones arquitectónicas de Velluters y el fracaso de algunas de las más significativas, como el complejo educativo de Velluters, donde se impuso un criterio de extirpación en la trama urbana histórica. Carlos Pérez nos traslada con su artÃculo September Song, al perÃodo comprendido entre mediados de los cincuenta, donde se mantenÃa aún el esplendor comercial de Velluters, y mediados de los setenta, cuando se avecina su decadencia, aún perceptible en zonas concretas. José Ricardo Seguà entrevista a Carlos Peñafort, propietario de la histórica Gráficas Peñafort de la calle Carniceros, y obtiene una versión más del ayer y el hoy de esta zona todavÃa marginada.
La intervención de este núemro corre a cargo de Xavier Arenós, con un dibujo del mobiliario (sic) y una cita de Fernand Deligny que actúa como sÃntesis del proyecto en su conjunto. Se completa este tercer número con otra selección de mini entrevistas realizadas por Xavier Aliaga en la sección Velluters es la gente.
(sic). OTRA VUELTA DE TUERCA DEL ARTE SOCIOLÓGICO. Román de la Calle
Dentro del programa museográfico del MuVIM, tuvimos, desde un principio, el acierto de acotar un espacio propio para aquellos proyectos que tuvieran directamente que ver con el desarrollo y la investigación de las plurales relaciones existentes entre el museo y la zona urbana en que se enclava, es decir entre la institución y la ciudad circundante.
Desde esta lÃnea de cuestiones, quisiéramos hacer especial incidencia, en la doble iniciativa programada y dirigida concretamente sobre el barrio de Velluters. Se trata, por una parte de la muestra “Ciutat vella i participació ciutadanaâ€, comisariada por Rubén Pacheco, y presentada en / desde nuestro museo, como ejercicio de contextualización urbana, como intento de reflejar el centro histórico, su vida, su patrimonio, sus problemas presentes y, a ser posible, también sus futuras y prometedoras expectativas.
¿CIRUGÃA VERSUS REHABILITACION? José Albelda
Rehabilitar es un proceso no traumático de recuperación. Resulta en ocasiones más lento y complejo, pero no produce un corte drástico entre el antes y el después. Si utilizamos la metáfora de la ciudad como cuerpo, tiene sentido confrontar la terapia urbanÃstica de rehabilitación –recuperar los barrios para adaptarlos a un nuevo contexto sociohistórico pero sin olvidar su estética e identidad- con la solución quirúrgica, la extirpación de lo que se considera no recuperable y la implantación de un nuevo tejido ajeno a la estructura orgánica inicial.
Las soluciones quirúrgico-urbanÃsticas ya se han convertido en un clásico de la regeneración urbana y sociológica al uso. Pero si bien la cirugÃa expresa en cierto modo el fracaso de la medicina, cuando hablamos de urbanismo esto no resulta evidente. SerÃa simplista primar siempre una rehabilitación de maquillaje de fachadas y adecuación de interiores, y la congelación de la trama urbana. No se trata de defender un tipismo mal entendido ni embellecer toda ruina, si no más bien de cuestionar opciones ideológicas concretas, como un concepto de regeneración basado en el borramiento sin concesiones de lo viejo y de su trama sociológica en decadencia, optando por la posterior reconstrucción a través de una arquitectura de la asepsia y de lo neutro.
VELLUTERS LLORA. Mikel Labastida
Atrapado. Encerrado entre el bullicio de Barón de Cárcer, el sosiego de Guillem de Castro y la bohemia del Carmen. Atrapado y olvidado ha quedado Velluters. Se ubica en el casco histórico de la ciudad, conserva joyas arquitectónicas e invita a intensos recorridos por sus estrechas calles. A pesar de ello, nadie hace caso a este barrio que, abandonado, llora. Y con tanto llanto su aspecto se deteriora, sus fachadas languidecen, los edificios se derrumban y las escasas zonas verdes apenas conservan color. Nadie se acuerda de los que allà viven. Quienes tenÃan que recordarlo miraron hacia el puerto, construyeron circuitos, numerosos puentes y ciudades de las artes. Velluters desconsolado observa la suciedad de sus inmuebles, la miseria de algunos viandantes y los solares donde esperan que se levanten las prometidas viviendas protegidas.
SEPTEMBER SONG. Carlos Pérez
De 1954 a 1976, más o menos, fueron los años en los que vivà el esplendor y la progresiva decadencia de Velluters, una especie de gueto de calles estrechas, donde, desde dos siglos atrás, habÃan decidido edificar sus residencias e industrias impresores suizos, tejedores italianos, relojeros alemanes, representantes ingleses de salazones y bacalaos de Terranova, vendedores de pescado procedentes de toda la costa española del Mediterráneo, proveedores de especias, almacenistas de papel, cordeleros o fabricantes de abanicos del paÃs. Y , además, artistas de circo y variedades de distintas nacionalidades que alquilaban habitaciones en pensiones de coste económico. Es decir, una extraña mezcolanza de judÃos y cristianos de la que procederÃamos nosotros. Se podrÃa decir que allà convivÃan, sin excesivos problemas, La Carne (el conocido Barrio Chino) y El Perdón (las Escuelas PÃas). Era algo que comprobé desde muy pequeño, cuando andando con mis padres por la calle Carnissers encontraba de lo más natural que nos cruzáramos en el camino con un cura escolapio, que me reprendÃa públicamente por la absoluta falta de interés que demostraba por las Matemáticas, al igual que con una entrañable prostituta que, con la mayor simpatÃa y educación afirmaba, también ante mis padres, que cada dÃa me veÃa con mejor aspecto y con un extraordinario parecido a mi abuelo.
ENTREVISTA A CARLOS PEÑAFORT, IMPRESOR. José Ricardo SeguÃ
“Hace tiempo que se cargaron Vellutersâ€
Caminan rumbo a la cuarta generación vinculada a una imprenta, la Imprenta Peñafort. Y no es como la experiencia de Ziggy Stardust, pero los Peñafort sà han visto y vivido la ascensión y caÃda de Velluters, un barrio del que han formado parte, han constituido una página de su historia y hoy están dispuestos a acompañarlo en su destino. Otro futuro es posible, aún confÃan o todavÃa esperan. Lo cree Carlos Peñafort, ahora el patriarca familiar del clan.
Un siglo, cien años, una imprenta, un barrio… Los recuerdos pesan, pero las personas no dejen de imaginar ideales.
SÃ. Es un siglo en torno a una imprenta creada por mi abuelo. Tengo 62 años. Todo ha cambiado tanto que, a veces, nunca se llega a imaginar que los recuerdos puedan acabar despersonalizándose. Velluters era una especie de pequeño pueblo. Todos nos conocÃamos. Era un barrio de pequeños industriales y comerciantes, un barrio de pequeños edificios: abajo el negocio, arriba la vivienda. Mi familia vino de la franja del Maestrazgo. Se estableció en Valencia. En Velluters, en principio, por su relación con los Escolapios de la calle Carniceros. En aquellos años de adolescencia se cenaba en las calles, se jugaba en ellas… En las plantas bajas se descubrÃan los oficios. ExistÃan muchos telares relacionados con la seda, con la tapicerÃa, manipuladores de papel, imprentas… Y, además, todo estaba relacionado con el Mercado Central.
INTERVENCIÓN DE XAVIER ARENÓS (Vila-real, 1968)
La intervención de Xavier Arenós para (sic) 03/12 es decisiva dentro del proyecto general (sic) societat i cultura. Lo que representa este dibujo, es decir, el mobiliario que reproduce a escala, es el eje sobre el que giran los contenidos expuestos en el stand. En la genealogÃa de este proyecto expositivo y editorial, el espacio ubicado dentro del hall del MUVIM, destinado a base de datos, almacén de ejemplares de la publicación y lugar de lectura, se valoraba ya entonces como la viga maestra de esta construcción. La decisión siguiente fue valorar las caracterÃsticas de utilidad y funcionalidad que lleva implÃcito el trabajo artÃstico de Xavier Arenós para conseguir generar ese ambiente, contrapunto a la distribución de los ejemplares de (sic) fuera de las paredes del museo.
El mobiliario diseñado y construido por el artista consta de dos mesas-bancos de lectura, con capacidad para 8 personas, una estanterÃa donde almacenar y mostrar los doce números que conforman (sic), y tres sillones. Todas las piezas están producidas en madera natural y emulan tanto un espacio de recreo y reunión alternativo como regeneran el concepto de intervención artÃstico-arquitectónica propio de los pabellones de las ferias internacionales, con claras referencias al constructivismo ruso. La inclusión de la cita de Fernand Deligny dentro de la intervención gráfica, resuena como una sÃntesis del proyecto general dentro de su contexto geográfico, polÃtico e institucional.